La locomotora Fina

LA LOCOMOTORA FINA 

Hace muchos años,  en un lejano pueblo, vivía  una locomotora muy particular. Se llamaba Fina y era muy presumida. Además,  era muy cariñosa y todos la querían mucho. Ella soñaba con tener un compañero, pero no la gustaba cualquiera; quería una locomotora como ella. Una noche, Fina recorría su ruta como de costumbre cuando divisó una mancha oscura a lo lejos y se vio obligada a parar. Cuando se acercó a aquello que le había hecho detenerse, descubrió a una oveja y estaba herida, Fina se la llevó consigo. La oveja estaba inconsciente, tenía un palo clavado en su patita y estaba infectada. Al principio, Fina no sabía qué hacer, pero se armó de valor y extrajo el palo, curando la patita de la oveja.

Ahora solo necesitaba reposo. Pasaron dos días y la oveja consiguió recuperarse. Entonces, lo primero que le dijo a  Fina fue que su papá estaría muy preocupado. Así que Fina la llevó donde se la había encontrado y, de camino,  chocó con  una locomotora azul muy elegante que estaba llorando. La oveja salió corriendo de la locomotora de Fina y se abrazó a la otra locomotora.  Fina no entendía nada,  pero en seguida la otra locomotora se lo explico:

-Me llamo Duque y hace un año encontré a esta pequeña oveja que había sido abandonada por su mamá. Al verla tan indefensa me la llevé  y la crié yo. Se llama Linda y es muy buena. Un lobo la asustó y al salir corriendo se perdió.

-¡Qué bonita historia¡ -contestó Fina -Yo me llamo Fina, encontré a Linda tirada en los raíles con sangre en su patita, y la curé.

Así fue cómo  las dos locomotoras se enamoraron y con Linda ambos se quedaron.

Fin

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