Olympia y Ray – segunda parte

Olympia y Ray – segunda parte

El nacimiento de Zulo y Ray.

De su amor, nacieron dos aves nuevas, con un espíritu bondadoso. Dos machos: uno se llamó como su padre, (Ray) y el otro, como el hermano de Olympia, (Zulo). Eran mitad águila y mitad papagayos. Una especie nunca vista. Ray era blanco y con la cabeza amarilla, como su padre y Zulo amarillo con la cabeza blanca como su madre.

Crecieron felices y con una lección bien aprendida, la bondad, el cariño y el respeto. Los pequeños águilas siguieron el camino de sus padres y ayudaban a todos los animalitos del bosque. Sus padres, estaban muy orgullosos de sus pequeños y decidieron darles una sorpresa. Una excursión a las afueras del bosque, Zulo y Ray se pusieron muy contentos  preparando su mochila de exploradores.

A la mañana siguiente, se levantaron  temprano poniéndose en marcha toda la familia. Vieron  animalitos que para ellos eran desconocidos y aprendieron qué frutos se podían comer sin ser envenenados . Pasaron los años y la felicidad se les termino, un gran incendio arrasó el bosque. Todos corrieron dejando atrás sus casas. Los árboles se quemaron y el fuego arrasaba todo muy rápido.

Olympia y Ray pusieron a salvo a sus polluelos, pero en su huida escucharon llantos en la copa de un árbol. Era un nido de papagayos, que estaban solos y las llamas los estaban alcanzando. Sin dudarlo, Olympia alzo sus alas y fue a socorrer a esos pequeños. Pero la mala fortuna quiso que una rama cayera encima de ella, y del golpe cayó al suelo. Ray salió en su ayuda, aunque primero quiso salvar el nido de papagayos. Al volver a por Olympia, ya nada pudo hacer por ella. Sus últimas palabras fueron para él:

 

-He sido el aguila mas afortunada del mundo por tenerte como compañero y por regalarme mis dos grandes alegrías. ¿Salvaste a los pequeños papagayos? Te quieroooo….

Ray cogió a Olympia y voló lejos del fuego. No pudo soportar tanto dolor y su corazón dejó de latir. Así las almas de los dos enamorados se juntaron para siempre, formando el ave más hermosa que podamos imaginar. Como una gran bola de humo volaron hacia sus pequeños para decirles sus últimas palabras:

-Zulo, Ray, , no os asustéis. Somos papá y mamá. Escuchad ; el incendio se complicó y , mientras salvábamos  a esos pequeños papagayos, el fuego se extendió. Nos vamos a un mundo mejor, hijos , queremos que seáis fuertes y que os ayudéis los dos. Todos los días cuando sea vuestro cumpleaños, id al precipicio mas alto. Allí un regalo encontrareis. Ahora toca partir y deciros adiós

La bola desapareció  muy lentamente. ……..

Con mil preguntas se quedaron nuestros amiguitos y a por mil respuestas decidieron ir. Crecieron con las palabras de sus padres y prometieron ayudar a todos los que necesitase su ayuda.

Veremos miles de aventuras de nuestros nuevos amiguitos; Zulo y Ray, dos águilas diferentes. FIN

4 opiniones en “Olympia y Ray – segunda parte”

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